En un bol amplio vertemos la leche que tiene que estar tibia, le añadimos la levadura y la disolvemos.
Incorporamos la harina, el huevo ligeramente batido, la manteca (si no tenéis podéis usar mantequilla) que tiene que estar blandita a temperatura ambiente, y la sal; mezclamos todo bien con la ayuda de una cuchara de madera hasta que no podamos más.
Amasamos la mezcla hasta que este homogénea y lisa. Cuando esté bien amasada hacemos una bola con la masa dejando las arrugas en la parte de abajo y dejamos reposar en un bol.
Tapamos la masa con un paño limpio de cocina o con papel film y dejamos en un lugar cálido, como por ejemplo el horno o microondas apagado, hasta que doble el volumen. El tiempo va variar mucho en función de la temperatura que tengamos en casa pero será entre 2-4 horas.
Una vez que la masa ha fermentado y doblado el volumen la sacamos del bol y le quitamos el aire sobre una mesa lisa.
Dividimos la masa a la mitad y esta a la mitad y así hasta dividirla en unos 12 bollos preñaos caseros de uno 65-70 gr.
Redondeamos cada pedazo de masa, aplanamos un poco y metemos un trozo de sobrasada y cerramos de nuevo dejando esta en la parte de abajo.
Ponemos los bollos ya con la sobrasada en una bandeja de horno con papel y separados para que no se peguen. Dejamos fermentar hasta que suban bien, de 45-1 hora.
Encendemos el horno a 200ºC.
Cuando los bollos hayan fermentado los pintamos con mucho cuidado de no sacar el aire con leche o agua y metemos en el horno caliente 200ºC durante 15-20 minutos hasta que estén dorados.
Dejamos que se enfríen encima de una rejilla y los tenemos listos para comer.
¡DELICIOSOS!